Hoy te voy a contar un pequeño «secreto« para que lo practiques la próxima vez que tengas que exponer en público.
Te ayudará a agradar a tu público y a dejar una muy pero muy BUENA IMPRESIÓN.
«Crea Un Problema Y Luego Resuélvelo»
Qué tan bien sea tu presentación la próxima vez te subas a un podio, depende de varios factores. Pero hay un factor que tú puedes controlar por completo, y es tu guión.
La forma de organizar tu contenido y de presentar el material a esa multitud puede ya sea cautivarlos totalmente y llevarlos paso a paso a tu conclusión, o puede aburrirlos y hacerlos dormir. Todo está en cómo construyas tu presentación, y cómo presentes lo que quieres que sepan a lo largo del discurso.
La diferencia entre una gran presentación y una aburrida, es simple. Una gran plática es convincente. Una gran presentación llega al corazón de una experiencia común. Se dirige a algo que todos atravesamos y se ocupa de una necesidad que todos sentimos. En resumen, una gran presentación resuelve un problema. Así que para crear una presentación que se extienda y agarre a tu público y los mantenga durante todo el tiempo de tu presentación, tú tienes que crear un problema para ellos. Y luego tienes que resolverlo.
El punto en el que creas el problema es en los comentarios de apertura. No te avergüences de ser un poco melodramático en tu inicio. Recuerda que el objetivo de la apertura es cautivar la atención del grupo y remacharla en tu plática. Así que presenta la declaración del problema de una manera personal, así cómo es significativo a nivel personal para la audiencia y para ti. Asigna alrededor del 20% del tiempo a la creación del planteamiento del problema. En el momento en que hayas creado ese gran monstruo en la sala, ellos estarán listos para que tú puedas guiarlos hacia la solución.
Con el público «en la palma de tu mano», puedes pasar directamente a la descripción de la solución perfecta. La fase de solución de tu charla se puede dividir en dos partes. En primer lugar describir cómo se vería la solución perfecta. Tú no les darías todavía la solución directamente. Basa tu descripción de la solución perfecta en el planteamiento del problema, para que tengas un aspecto de la solución que se adapte a cada posible problema creado en la primera parte de tu presentación.
La siguiente fase abarca la última parte de tu presentación, y toma alrededor del 50% en tu tiempo. Ahora tienes a la audiencia en un lugar perfecto para escuchar tu solución. Usa aproximadamente un 30-40% de tu tiempo total en la solución propuesta, adecuándola perfectamente a tu discusión del problema y al esquema de cómo luce la solución perfecta. En ese momento el público está ansioso por conocer la solución. Todo lo que tienes que hacer ahora es cerrar el trato.
Si siguiéramos un «plan» estándar enfocado en el programa, la fase final sería para resumir y repasar sobre lo que acabas de hablar. Pero no vamos a seguir ese patrón porque éste es el momento del «pago». En tu declaración de cierre, finalmente vas a dar a conocer la acción que deben tomar. Al decir a tu público lo que pueden hacer para dar el primer paso para poner en marcha tu solución, tú estás sacando provecho de toda esa energía que has creado en el 80% de tu discurso.
Ahora cierra el trato, dándoles cosas concretas que ellos pueden hacer «ahora mismo» para reconocer el problema y comenzar a girar las ruedas para hacer que la solución sea una realidad. Si es posible, da el primer paso para que la implementación de la solución suceda allí mismo en la sala contigo. Ese paso podría ser la suscripción a un boletín, dándote su correo electrónico o teléfono, o ir a otra habitación para un asesoramiento personalizado. Tú sabes lo que necesitas. Pero mediante el uso de esa energía, conviertes oyentes pasivos en participantes activos. Y lo lograste mediante un plan de presentación ejecutivo muy bien diseñado.
Si quieres descubrir más técnicas que te ayuden a convertirte en un experto para hablar en público, Haz Clic Aquí Ahora Para Saber Más.