La ansiedad social impide a las personas expresar sus ideas y su personalidad por miedo a ser juzgadas o rechazadas. Como resultado, las personas socialmente ansiosas y tímidas a menudo se sienten incomprendidas y no pueden hacer amigos. Suelen sentirse muy inseguras cuando intentan interactuar con nuevas personas. Pero recuerda que tú puedes vencer la timidez y desarrollar las habilidades sociales con suficiente práctica y persistencia. Veamos algunos consejos y pasos que tienes que tomar en cuenta para superar la ansiedad social y desarrollar la confianza en ti mismo, y así puedas hacer amigos y socializar mejor.
Los niños suelen hacer amigos con facilidad. Se acercan corriendo a un niño desconocido en el parque, le preguntan con confianza su nombre y su edad, le preguntan si le gustan los robots y ya son amigos para toda la vida. Ojalá las amistades de los adultos fueran así de sencillas.
Como adulto, no parece que haya muchas oportunidades de hacer nuevos amigos. Si tu número de amigos está disminuyendo o si te gustaría añadir algunos más a tu círculo social, presta atención a las siguientes estrategias probadas para hacer nuevos amigos.
Un punto importante a considerar, es que la calidad es mejor que la cantidad. No te obsesiones con el número de amigos que tienes; céntrate, en cambio, en la satisfacción que te producen esas amistades. La vida no debería tener números; debería girar en torno a la felicidad. ¿Qué alegría obtienes de tus relaciones? ¿Pasar tiempo con tus amigos te hace más feliz y ligero? Estas respuestas son más importantes. No salgas con el objetivo de hacer tantos amigos nuevos como sea posible; en lugar de eso, encuentra nuevos amigos que mejoren tu vida.
¿Sientes que te hace falta más confianza al interactuar con los demás?
Si te pone nervioso conocer gente nueva, haz callar a tu crítico interior y date a ti mismo la confianza que tanto necesitas centrándote en lo que aportas a una amistad. ¿Eres leal? ¿Divertido? ¿Sabes escuchar? Tómate un tiempo para reflexionar sobre tus atributos positivos, y recuerda por qué alguien tendría suerte de tenerte como amigo.
Como adulto, tal vez no funcione preguntar a los demás su edad y si les gustan los robots. Intentar hacer amigos de adulto puede parecer más complicado, pero no es imposible. Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a encontrar tu tribu:
1. Empieza un nuevo hobby.
Si quieres hacer amigos, tienes que salir y conocer gente nueva. Empezar un nuevo hobby es una forma estupenda de ver caras nuevas y conocer gente. Hay muchas cosas que puedes hacer. Puedes unirte al equipo local de voleyball, apuntarte a clases de dibujo o aprender un nuevo idioma. Únete a un club de atletismo, a un club de lectura de tu barrio o haz yoga. Busca en Internet para encontrar grupos y actividades locales en tu entorno.
2. Involúcrate en tu comunidad local.
¿Conoces a tus vecinos? Mucha gente no. Lo mejor de entablar amistad con un vecino es que vive cerca de tu casa, así que lo más probable es que lo conozcas por casualidad, tengan temas en común de qué hablar, y puedan convivir frecuentemente para cimentar esa amistad. Participar en tu comunidad local también mejora tu entorno. Los fuertes lazos comunitarios la convertirán en un lugar agradable para vivir.
Busca grupos ya existentes para mejorar tu zona. ¿Hay algún grupo de voluntarios que se encargue de mantener en buen estado el parque de tu localidad o las calles? ¿Hay alguna fiesta o celebración local que puedas ayudar a organizar? Deja la timidez a un lado; los grupos comunitarios siempre están buscando más gente que se una a ellos. También puedes empezar algo por tu cuenta. Suena desalentador, pero tomar la iniciativa es una gran manera de hacer amigos con personas de ideas afines cerca de ti.
3. Encuentra un grupo de apoyo.
Si tu ansiedad te está frenando, un grupo de apoyo para personas que sufren ansiedad puede ser el lugar perfecto para que conozcas gente nueva. Los demás asistentes entenderán tus dudas y deberían ser comprensivos con tus luchas. Además, tendrás puntos en común de los que hablar.
4. Mantente presente cuando estés presente.
No basta con acudir y hacer presencia; también tienes que interactuar con las personas que conozcas. Debes mostrarte amable y dispuesto a entablar una amistad. No todo el mundo tiene dotes sociales, pero hazlo lo mejor que puedas. Sonríe, saluda, pregunta, charla y despídete antes de irte.
Piensa en el tipo de persona que te atrae en situaciones sociales, ¿qué te gusta de ella? No tienes por qué forzarte a ser extrovertido si no lo eres, pero puedes intentar sacar la persona social que llevas dentro, por muy tímido que seas. Recuerda que lo más importante es ser tú mismo. Deja que la gente vea tu verdadero yo.
5. Conviértete en una persona de sí.
¿Alguna vez has rechazado una invitación porque estabas demasiado ocupado, demasiado cansado o no querías enfrentarte a la inevitable ansiedad de la sociedad? Aunque todas estas son razones válidas para decir que no, pueden frenarte. Puede sonar incómodo al principio, pero prueba a decir que sí a invitaciones educadas. Sí a una cita para tomar un café, sí a una cita para ir al cine, sí a un paseo en bici, aunque te sientas nervioso. Salir de tu zona de confort te ayudará a superarte. Estas invitaciones sociales te permiten conocer mejor a la gente y pasar al siguiente nivel, di que sí tantas veces como te sientas cómodo.
6. Pregunta
Intercambia números con las personas que conozcas para seguir en contacto con ellos. Puede resultar incómodo preguntar las primeras veces, pero te acostumbrarás. No tengas miedo de ser tú quien invite a los demás a hacer planes. No tienes que verlo como un acto de presión, simplemente pregunta si alguien quiere quedar para tomar un café antes de clase la semana que viene. Busca oportunidades para trabajar en planes fuera del grupo o de la clase, y recuerda sugerir reuniones. Puede que te sientas vulnerable al hacerlo, pero es probable que otras personas se unan a la clase o al grupo por las mismas razones que tú. El aislamiento social es cada vez más frecuente, así que no pienses que eres el único adulto que quiere hacer nuevos amigos.
7. Controla tus problemas de confianza.
Si vas a salir de tu zona de confort, es importante que conozcas tus límites. Planifica algunos temas de conversación antes de ir si sabes que te cuesta hablar. Si es probable que te sientas abrumado, ofrece una cláusula de salida para que puedas excusarte e irte en una hora sin ser maleducado. Si se te dan mejor los grupos pequeños, céntrate en la persona que se sienta a tu lado y no te preocupes por intentar deslumbrar a todos con tus habilidades sociales.
8. Acepta que no todo el mundo querrá ser tu amigo.
Muchos de nosotros evitamos el contacto con gente nueva porque tememos el posible rechazo. ¿Nos estaremos perdiendo amistades y experiencias por este miedo? Es probable. Arriésgate y puede que la recompensa sea un nuevo mejor amigo. Y si no, no le des más vueltas. Marca e inténtalo de nuevo con alguien más.
No todo el mundo quiere salir contigo, y no pasa nada. A veces simplemente no tienes algo en común con la persona o no tienen un carácter compatible. No hay nada de malo en eso; así son las cosas. Intenta no tomártelo como algo personal si te cuesta hacer amigos. No significa que haya algo malo en ti, sino que aún no has encontrado tu tribu. Cuando lo hagas, todo el trabajo valdrá la pena. No dejes que el miedo al rechazo te retenga en casa. Sal y encuentra a tus nuevos amigos.
9. Mantén un lenguaje corporal que transmita confianza.
Normalmente, tu cuerpo produce neurotransmisores y hormonas que te hacen sentir exactamente lo que crees que deberías sentir. Por ejemplo, si vives en un entorno estresante y te preocupa constantemente que la gente te ataque físicamente, tu cuerpo producirá grandes cantidades de cortisol, adrenalina y otras hormonas que contribuyen a la respuesta de luchar o huir. En pequeñas dosis, es muy saludable. Sin embargo, si estás constantemente estresado, no es bueno para tu salud. Incluso cuando las personas socialmente ansiosas no viven en un entorno realmente estresante, siguen experimentando esas respuestas hiperactivas al estrés porque perciben que lo necesitan. Su lenguaje corporal reflejará esta interpretación. Intentarán ocupar menos espacio para ser invisibles, evitarán el contacto visual y hablarán rápidamente por miedo a ser interrumpidas. Sin embargo, las personas socialmente seguras no se sienten inseguras. Se sienten seguras. Su cuerpo lo refleja en la química que produce y en las poses en las que una persona segura de sí misma se siente cómoda. Trata de imitar estas poses, y verás que te sentirás con más confianza, y las personas lo notarán. Mantén un buen contacto visual, mantente erguido, no hables demasiado rápido, habla a un volumen audible y recuerda respirar profunda y lentamente si te sientes un poco tenso.
10. No busques un objetivo particular.
Cuando socialices, intenta no tener objetivos en mente, como hacer cierta cantidad de amigos o encontrar al amor de tu vida. No dependas de resultados externos para sentirte bien contigo mismo. En lugar de eso, disfruta mejorando tus habilidades sociales y tu confianza. Conoce a las personas de una manera abierta para que la relación surja de manera natural, sin esperar un resultado concreto. Esto se debe a que cuando estás centrado en conseguir algo, puede ponerte muy nervioso que las cosas no se den.
11. Lleva un registro de tus interacciones: No es necesario que anotes todas las interacciones. Pero lleva un registro de las veces que tuviste la oportunidad de evitar una interacción, pero en lugar de ello te enfrentaste a tu miedo y actuaste de todos modos. Será un recordatorio útil del progreso que estás haciendo para superar la ansiedad social y aumentar la confianza en ti mismo. Ni siquiera necesitas invertir mucho tiempo para hacerlo. Todos los días, después de volver a casa de tu evento social, tómate 10 minutos para escribir tus pensamientos sobre una o dos interacciones.
12. Convierte los errores en oportunidades positivas de aprendizaje.
Algunas personas tienen miedo de salir de su zona de confort porque temen cometer un error o pasar vergüenza. Quieren permanecer en su zona de seguridad, por mucho que eso limite sus oportunidades en la vida. Si una de tus interacciones resulta difícil, no lo tomes como un fracaso. En lugar de eso, ve los errores como oportunidades de aprendizaje. Siéntete orgulloso de ellos porque te muestran cómo puedes mejorar la próxima vez. No te obligues a impresionar a todo el que conozcas. Acepta que no todas las interacciones te llevan a conocer nuevos amigos.
13. Pasa tiempo con amigos seguros de sí mismos.
En general, esto suele ser cierto. Si pasas tiempo con personas seguras de sí mismas, o al menos con personas que trabajan para mejorar su confianza, entonces influirán en ti y te animarán a desarrollar tus habilidades sociales. Pasa tiempo con personas que posean rasgos que admires.
14. Medita.
Para empezar, busca un lugar cómodo y tranquilo. Siéntate y cierra los ojos. Presta atención a tu respiración sin intentar controlarla. Normalmente la mente divagará durante la meditación. No intentes controlar tus pensamientos y no te sientas mal por distraerte. Deja que los pensamientos vayan y vengan y concéntrate en tu respiración. Después de estos minutos, imagina cómo enfrentas de manera exitosa alguna situación que desencadene tu ansiedad social.
15. Haz planes e invite a la gente.
Una vez que empieces a enfrentarte a tus miedos, a hablar con la gente y a pasar tiempo con amigos nuevos y seguros de sí mismos, estarás listo para planificar eventos. Las personas socialmente seguras no se limitan a esperar invitaciones, sino que invitan a los demás a salir.
Piensa en actividades que te gustaría hacer con un grupo de amigos. Por ejemplo, hacer deporte, ir al boliche o salir a cenar. Esto te ayudará a empezar a asumir roles de liderazgo en situaciones sociales y la gente empezará a esperar con ilusión los eventos que planees.
16. No temas al rechazo.
Preocuparte constantemente por el posible rechazo de los demás, puede inhibir tu capacidad para expresarte con confianza y naturalidad. En lugar de compartir tu verdadera opinión o tu sentido del humor, tal vez te conformes con conpartir afirmaciones que crees que la mayoría de la gente aceptaría. ¿Has notado que las personas divertidas suelen ser bastante seguras de sí mismas? No filtran constantemente todo lo que dicen. En lugar de eso, se les ocurre algo gracioso e inmediatamente sale de su boca. La verdad es que todo el mundo tiene este filtro. Incluso las personas más seguras de sí mismas saben que ciertas cosas no deberían decirse. Es también una manera de ser cortés con los demás. Pero las personas con ansiedad social tienen un filtro demasiado sensible. Se contienen de más por miedo a ser juzgados y criticados por otras personas. Pero, ahora que estás superando la ansiedad social y pasando tiempo con más amigos de confianza, puedes ajustar la sensibilidad de este filtro. Por fin ha llegado el momento de empezar a divertirte y decir exactamente lo que quieres decir sin preocuparte demasiado por lo que pensarán los demás sobre ti.
De niño, socializar con los amigos era una parte natural y divertida de la vida. Pero en algún momento entramos en el «mundo real», y de repente parece sorprendentemente difícil entablar relaciones. Encontrar amigos en la edad adulta o sentirse socialmente cómodo en el trabajo resulta ser más difícil de lo esperado para muchos.
Por desgracia, demasiadas personas sufren en silencio. Mientras lidiamos con todas las obligaciones de la edad adulta, intentamos al mismo tiempo averiguar por qué socializar de repente parece tan difícil. ¿Son los nuevos compromisos de tiempo del trabajo, o simplemente todo el mundo es perezoso e introvertido? Pueden ser ambas cosas, entre muchos otros problemas de por medio.
Y además, tal vez te has preguntado ¿Qué debo hacer cuando no me siento motivado a ser más sociable?
Cuando nos esforzamos por empezar nuestra carrera profesional, nos damos cuenta de que alcanzaremos el éxito al final del día o del fin de semana si nos enfocamos en nuestro trabajo. La motivación para salir y socializar no aparece en la ecuación del estereotipo de éxito. Pero cuando dejamos a un lado la socialización constantemente, esto nos lleva en picada hacia la soledad, falta de amigos, estrés, ansiedad y pérdida de sentido de la vida.
La ciencia ha demostrado que existe una correlación directa entre los hábitos sociales saludables y la buena salud física. Del mismo modo que dedicas tiempo a hacer ejercicio, comer bien y meditar, haz que la socialización regular sea esencial para tu salud. Aparta un tiempo y planifica en tu agenda las horas que dedicarás a pasar tiempo de calidad con otros seres humanos. Y si además lo organizas junto con otras personas, tendrás más probabilidades de cumplirlo.
Por otro lado, ¿Has notado que utilizar las redes sociales te hace sentir menos conectado socialmente? ¿Cómo podemos seguir utilizándolas pero sintiéndonos mejor al respecto?
Es innegable que las redes sociales ocupan un lugar central en la vida de muchas personas. Son divertidas y entretenidas. Pero aunque pueden ayudarnos a ampliar nuestros horizontes, también pueden hacer que nos sintamos más solos. En parte porque tendemos a compararnos a nosotros mismos y a nuestras vidas con los aspectos de su vida que comparten otras personas. Pero recuerda que mucho de lo que publican los demás es para aparentar. Estas mismas personas con sus mensajes fascinantes y fotos impecables pueden sentirse tan aisladas socialmente como tú. Sería útil que te tomes un descanso periódico de la tecnología. Sabrás que lo necesitas si el sólo hecho de sugerírtelo te incomoda. Pero es bueno para la psique alejarse y crear cierta distancia. Recalibra tu visión de lo que ves online con lo que ocurre en la vida real. Considera pasar más tiempo en la naturaleza y volver a la realidad.
Cuando estés listo para hacerte cargo de las redes sociales, establece algunas reglas básicas para su uso. Bloquea su uso con tiempo para no caer en la tentación de las madrigueras de conejo. Desarrolla hábitos tecnológicos saludables, como comer sin mirar el teléfono, mantenerlo alejado cuando hables con otras personas y elegir mantenerlo fuera de tu alcance antes de acostarte. Adoptar pequeños hábitos como éstos te ayudará a gestionar mejor la influencia de la tecnología en tu vida.
La soledad es perjudicial para la salud, tanto física como mental. La socialización regular puede mejorar tu estado de ánimo y ayudarte a sentirte bien contigo mismo. Las amistades son una parte esencial de la vida adulta, aunque a muchos de nosotros nos resulte difícil entablar relaciones significativas.
Lo importante es que ahora tienes las herramientas para empezar a realizar pequeños cambios en la manera en que interactúas con los demás y en el tiempo que dedicas a socializar. Pon en práctica estas recomendaciones, y comienza a crear lazos de amistad duraderos con personas realmente significativas.