[headline_arial_medium_centered color=»#aa0000″]»Prepárate Bien Y Practica Tu Exposición»[/headline_arial_medium_centered]
Nada puede hacerte sentir más ansioso que saber que no estás bien preparado. Después de todo, ¿no se debe toda tu ansiedad a poder parecer tonto ante los ojos de tu audiencia? La mala preparación garantiza esto.
Para prepararte adecuadamente, en primer lugar, trata de conocer a tus oyentes de antemano (si es posible) y organizar tu discurso y material de apoyo para este grupo específico…
A continuación, prepara anotaciones fáciles de entender. Utilizando estas anotaciones, practica tu discurso tres o más veces de principio a fin hablando con más fuerza cada vez. Pensando mentalmente durante la práctica que tiene que ser lo mismo que hablar realmente en frente del público.
Por ejemplo, si vas a estar de pie durante tu discurso, practica estando de pie. Si vas a utilizar material de apoyo, úsalo en tu práctica.
A medida que practiques, toma tu tiempo para comprobar si tienes que acortar o alargar la exposición.
Por último, anticipa posibles preguntas y prepara tus respuestas. «El saber que estás bien preparado te ayudará a reducir gran parte de tu timidez».
[headline_arial_small_centered color=»#000000″]¡La Práctica Hace La Perfección![/headline_arial_small_centered]
Los oradores profesionales ensayan su material. ¡Las presentaciones espectaculares no caen del cielo! Están trabajadas, bien afinadas y pulidas a la perfección hasta el momento en que se entregan a los miembros de la audiencia. Como resultado, las presentaciones como estas son eficaces para llegar a mucha gente.
Ensayar tu presentación es tu clave para ofrecer una presentación exitosa. Incluso si has estado haciendo la misma presentación desde hace años, querrás practicar los distintos aspectos de ella en un proceso de puesta a punto al ensayar. Aquí está lo que puedes hacer para tener prácticas exitosas que harán de tu presentación un éxito cada vez.
El primer paso es escribir tu discurso palabra por palabra. Escríbelo tal como lo dirías o como tengas la intención de decirlo. Incluye cada pieza de información, incluyendo lo que dirías sobre tu material visual o en audio. Cada palabra que pongas en el papel tendrá un impacto sobre lo que tu público entenderá de tu presentación.
Lee tu discurso escrito en voz alta. Grábate a ti mismo para que tengas una idea de cómo suena tu presentación. Ten en cuenta la duración de tu presentación y también si los puntos que quieres destacar son en realidad los que se destacaron. Perfecciona y afina tu mensaje hasta que estés seguro de que el mensaje que estás enviando es el que deseas transmitir. Asimismo, practica tu presentación de la forma en que quieres decirla: con pasión y entusiasmo. Sí, el entusiasmo tiene que ser practicado.
Condensa tu discurso escrito en forma de esquema. Una vez que hayas creado tu discurso escrito y te hayas tomado el tiempo para revisarlo, el siguiente paso es transformar tu discurso escrito en un esquema condensado con notas. Tú no quieres leer tu discurso a tu público. Tú deseas hablar de manera espontánea y que tu presentación fluya. La clave es tener notas que sean fáciles de leer. Recuerda también hacer notas sobre el flujo de tus niveles de entusiasmo durante la presentación.
Una vez que hayas creado tus notas, graba tu presentación espontánea. En esta grabación, revisa el tiempo de tu presentación. Escucha el número de veces que pronuncias palabras de relleno como «umm«, «eeh» y «ah«. Trabaja en la eliminación de esas palabras y vuélvete a grabar hasta que hables suavemente y con confianza. También trabaja en realizar tu presentación con el énfasis y la pasión con que tienes la intención de hacerlo. Trabajando en las emociones de tu público les ayudará a sentirse más conectados contigo y con tu material.
Practica tu presentación frente a una audiencia de práctica. El objetivo principal de esta parte es obtener una retroalimentación constructiva. Tú querrás saber si transmites tus puntos de forma clara y precisa. También querrás saber si estás hablando demasiado rápido o demasiado lento. Así mismo, desearás saber si hubo demasiadas de esas palabras de distracción en tu presentación. El segundo objetivo es ganar más confianza ysentirte más cómodo al realizar tu presentación.
¡El ensayo es la clave de tu éxito como orador profesional! Practica más que solamente la información de tu tema, tendrás que practicar el método de presentación que elijas. ¡Ahí está tu éxito!
Víctor Toscano
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